Indalecio Castellanos López nació en Cucaita, Boyacá, el 11 de junio de 1964, es un apasionado por la crónica y por esa razón hoy les presentamos al cronista de Cucaita. Trabajo en la Cadena Coral en Radio Boyacá y Radio Tunja, lleva 25 años trabajando en RCN Radio, donde ha sido reportero, coordinador de Nocturna RCN y, actualmente, es director de Al Fin de Semana de esta casa radial, se ha desempeñado en otros cargos y su experiencia y estudios lo han llevado a ser docente universitario.
Este periodista boyacense siempre está contando historias, los diálogos con él son una constante crónica que matiza con su voz, contesta con toda amabilidad a las preguntas que buscan conocer, como dice el dicho, su vida, obra y milagros.
Uno de los tantos significados de su nombre, Indalecio, es “mensajero de los dioses”, se podría decir que premonitorio. Este hombre de 1,87 de estatura transpira periodismo y va de historia en historia con una pasión inspiradora que recuerda que todo lo que se haga en la vida se debe hacer con amor.
Indalecio Castellanos “Mensajero de Dioses”
Los seres humanos buscan el significado de las cosas, muchos quieren saber cómo los marca el nombre que llevan, este periodista explica que lo de mensajero de dioses “es uno de los significados que tiene, pero más allá del significado que pueda tener, para mi entraña, es como un simbolismo especial llevar ese nombre, porque se considera raro, extraño; obviamente, para mi ejercicio de periodista tener ese nombre es una especie de marca, Indalecio es una marca, hay muy pocos periodistas con este nombre, pero recuerdo a uno que se llamaba Indalecio Rodríguez”.
Castellanos se refiere a un corresponsal de El Tiempo en Ciudad de Panamá; igualmente, referencia a otro tocayo, un bloguero en redes que también lleva ese nombre, “pero en radio o en los medios de comunicación masivos no se conoce ningún nombre y para mí es especial tener ese nombre” enfatiza Castellanos.
Lo suelen confundir con el Indalecio Liévano Aguirre el político y diplomático bogotano, reconocido como historiador, canciller, embajador y presidente de la Asamblea General de naciones unidas, “mucha gente me dice señor Liévano pensando que soy Liévano y el nombre lo llevo por mi papá”. Explica Indalecio.
Una niñez que no se olvida jamás
Entre risas y recuerdos, Indalecio Castellanos relata esta importante época de su vida, su memoria lo lleva hasta cuando estaba en la escuela. De manera emotiva recuerda a sus profesores y a sus compañeros con quienes compartía en los salones o en el recreo, momentos de juegos, clases, declamaciones y risas en la escuela de Cucaita.
“Recuerdo dos momentos de manera particular, un primer momento es de mi infancia en una escuela de Cucaita del departamento de Boyacá, a una cuadra de la plaza de Cucaita donde ahora está el colegio departamental, funcionaba la escuela y allí empecé la primaria, mi primer profesor se llamaba Baltazar Vargas”, recuerda el periodista.
El profesor Vargas marcó aquellos años de aprendizaje, lo que de chicos se teme también llega a la memoria de Indalecio, “recuerdo que lo miraba a uno cuando alguien quería soplarle alguna respuesta y el exclamaba una frase que decía: piquito cerrado, piquito cerrado”.
Es posible que lo que más se recuerde de los primeros años escolares es el momento del descanso, los juegos y, claro está, la merienda, “en esa época nos daban en el recreo unas raciones de pan y leche que había donado el gobierno de Estados Unidos. El pan era delicioso, la leche era una porquería, sabía muy mal, en virtudes de los planes de ayuda cuando el presidente era John F. Kennedy”, relata este boyacense entre una escondida sonrisa.
Los años transcurrían, todo en su pueblo iba siempre en armonía con la naturaleza, pero llegó el momento de que Indalecio dejara Cucaita, “en tercero de primaria regaba unos árboles que sembramos a la orilla de una carretera y de una quebrada que estaba en la escuela y ya para cuarto y quinto de primaria me vine a vivir a Tunja con mi hermana Esther que vivía en su casa, recuerdo que estudie en un colegio anexo a la normal de varones de la concentración Ricaurte”.
Nuevamente llega a la memoria de Castellanos un docente, pero esta vez, el recuerdo es algo peculiar, “un profesor llamado Liberio López hacia una cosa increíble, nos sentaba a la orilla de la cancha de microfútbol y nos hacía quitar los zapatos siempre en la mañana y en la tarde, nosotros llamábamos a eso la operación pecueca y recuerdo a ese profesor de manera particular”.
Llegó el momento de entrar al bachillerato, estos estudios los adelantó en la Normal de Varones, pero el tiempo en aquel lugar fue más largo de lo previsto, “perdí primero de bachillerato, mi hermana se fue a vivir a Cali y yo me fui a vivir a la casa de un primo y era un colegio de puertas abiertas, yo iba a estudiar cuando me daba la gana” narra el cronista de Cucaita.
“Me la pasaba jugando con unos amigos, perdimos el año, mi papá vio ese chorrero de rojos y de inasistencias, simplemente me miro y me dijo: hable con su mamá y ella no me dijo nada. Fueron seis años que, después estudiando en la normal de varones en Tunja, se convirtieron en ocho por culpa de las matemáticas, yo digo por culpa de la profesora de trigonometría, pero ahora veo que fue por culpa mía, que nunca entendí, ni nunca me gustaron las matemáticas”, cuenta Indalecio.
Llegó el momento de encaminar la vida y siguiendo la rectitud de las familias boyacenses, el padre de este periodista, que también lleva su nombre, le recomendaba estudiar derecho, ese era su querer, pero como lo dice el mismo Indalecio entre risas, él se torció.
No tenía conocimiento de que el periodismo se estudiaba, ya que fue una vocación tardía, Esther la hermana de este periodista le dijo que él tenía buenas herramientas para estudiar periodismo y siguiendo su consejo se presentó a la Institución Universitaria Inpahu, de allí se graduó como tecnólogo en periodismo, posteriormente recibió su título profesional en Comunicación Social – Periodismo de la Institución Universitaria Los Libertadores y más recientemente obtuvo su Maestría en Periodismo de la Universidad el Rosario.
Sus estudios siempre han ido en paralelo al ejercicio periodístico, este profesional de la información es reconocido por el excelente periodismo que practica. Una carrera que inicio desde las letras escritas para llegar hoy a las ondas sonoras del espectro electromagnético nacional y sin fronteras en internet.
Durante su carrera logró pasar por el periódico La Tierra de Boyacá y El Tiempo, inicio a irradiar su voz en la Cadena Coral y su referente profesional siempre fue el maestro de periodismo Juan Gossaín. La vida le permitió que ese hombre que admira en su profesión llegara a ser su jefe en RCN Radio. Hoy en día es director del programa radial Al Fin de Semana, luego de pasar por diferentes cargos y desempeñar todos los roles periodísticos.
Del periodismo a la literatura
Un gran lector y también un gran escritor, reconoce como sus obras favoritas a Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez y La Metamorfosis de Franz Kafka. La pluma de este periodista también se mueve hacia la literatura, ha escrito los libros “Corto letraje” y “Todo tuvo un comienzo – El indomable Zipa”.
Indalecio es egresado del taller de escritores de la Universidad Central y ha recibido como reconocimiento a su trabajo literario el Premio Nacional de Cuento Universidad de Cartagena. Para esta época ofrece en sus redes sociales la serie de #MinicuentoparalaCuarentena y está desarrollando unas maratones de minicuentos con invitados especiales.
Entre charlas, conferencias, leer, escribir y hablar, Indalecio va del periodismo a la literatura y nuevamente al micrófono, acompañando a sus seguidores en redes y a sus oyentes en la radio.
El lenguaje de la cabina de radio cambió
“Es evidente que todos están en la casa y eso supone que toca estructurar una manera distinta de entendernos, el lenguaje de la radio es maravilloso, por dentro es realmente interesante ver cómo la gente percibe lo que preguntamos o lo que hablamos, pero no percibe las musarañas, ni las veces que levantamos la mano”, explica Indalecio Castellanos con respecto al trabajo que adelantan detrás de micrófonos.
Igualmente, el comunicador aclara que los oyentes no evidencian “las miradas que nos cruzamos para saber si preguntamos si no preguntamos o si es pertinente o no. Entonces tenemos todo un lenguaje de señas de miradas dentro de la cabina esto es un lenguaje muy importante dentro del sistema radial”.
En este año, 2020, la vida puso un reto proveniente de una pandemia, el mundo lucha contra la covid-19 y las diferentes profesiones y actividades humanas se han ido adaptando a la situación.
“Ese lenguaje paralelo no es posible ahora, obviamente se perdió la emoción que teníamos con ese contacto. El hecho de que estemos sintonizados en tiempo real sobre lo que vamos a compartir con los oyentes cambió y ahora lo que tenemos es un chat comunal un WhatsApp web en donde cada uno va diciendo tengo una pregunta y pues ya yo empiezo a organizar quien va de primeras quien va de segundas y así nos repartimos para no pisarnos, pero está el temor de entrar cuando otra persona está hablando”, así describe la nueva forma cómo está haciendo radio Indalecio Castellanos.
La señal en vivo
Las rutinas de las emisiones se modificaron y los medios de comunicación hacen uso de las tecnologías de la información y la comunicación para seguir ofreciendo los contenidos que acompañan a los oyentes minuto a minuto, Indalecio pasó hoy de entrevistar a ser entrevistado y explica lo que hacen para estar, cada ocho días, con su audiencia en Al Fin de Semana.
“Las rutinas para conversar, evidentemente, han cambiado; por ejemplo, con los operadores, yo cada fin de semana tengo dos productores uno es el encargado de las llamadas y el otro de procesar los audios de los oyentes y de los invitados; es decir, los pregrabados, ahora por la contingencia solo está una persona como productor y una en la consola.
Antes yo le podía hablar a los tres pidiéndole los audios de los oyentes, al otro le decía que llamara al invitado y al operador que le subiera un poquito a la música, obviamente ese proceso cambio, antes todos hablaban en la mesa pidiendo sus audios.
Ahora, solamente yo, que soy el conductor del programa, hablo con el operador y le pido por todos, ve alistando la música de Andrea, por favor quiero que cuadren el audio de algún invitado. Antes cada uno abogaba por su material, ahora yo soy el que doy las indicaciones y me entiendo con el operador”. Así lo describe el director del programa estelar de RCN los fines de semana.
La producción de los personajes en cuarentena
“El proceso de contactar a los personajes ha sido una experiencia de enriquecimiento” así lo especifica Indalecio, ya que antes el productor era el encargado de llevar y contactar a cada persona esa era la única función que tenía esta persona.
“Ahora se ha democratizado esa función. A cada periodista le toca buscar la manera de contactar a su personaje y hacer la entrevista por medio de audios, esto quiere decir que cada periodista tiene que bajar los audios, convertirlos a MP3, guardarlos y enviarlos a los productores para que ellos incluyan esos audios en los libretos”, el trabajo se ha venido adaptando a la situación para seguir con la programación al aire, otro tema que expuso Castellanos corresponde a las posibilidades para contactar a los personajes.
“En este tiempo de confinamiento ha sido un poco más fácil contactar a los personajes, antes era un poco más complejo; ahora, ellos están en un tiempo de quietud, esto hace que respondan más fácil y pues a los periodistas se les facilita el trabajo un poco más”, revela Indalecio Castellanos López.
Pregrabado o en vivo
“El espíritu de la radio es que las cosas se hagan en vivo y en directo” con esta frase Indalecio Castellanos empezó a contar como es el proceso para entrevistar a los personajes, pero por el hecho de que se trate de un programa de fines de semana la agenda de algunos personajes se complica.
“Los artistas se presentan muchas veces de noche y hasta la madrugada, entonces es complejo pasarlos en vivo; sin embargo, intentamos hacerlo, es una mezcla en la que la mayoría de los contenidos están en vivo y algunos están grabados”, detalla el comunicador.
Al Fin de Semana en cuarentena
Esta Entrevista estaba planeada para hacerla frente a frente, procurar pasar un día de trabajo con el personaje y con una investigación complementaria estructurar un contenido que permitiera conocer a Indalecio Castellanos López como profesional y algunos aspectos de su vida personal.
Con la pandemia esa metodología se replanteó para pasar a los audios y los textos de WhatsApp y las video llamadas, el trabajo de campo se aplazó, pero la amabilidad del personaje permitió conocer los cambios que se han generado en el programa que dirige
“El programa ha cambiado tanto como las propias rutinas y la cotidianidad, por ejemplo, el poder hablar con Karla Sosa, una actriz mexicana que fue una de las protagonistas de la película ‘No se aceptan devoluciones’, en otras circunstancias no hubiéramos podido hablar con ella” así lo explica Indalecio, esto también pudo pasar con esta entrevista, si se tienen en cuenta las ocupaciones de este periodista y el manejo de sus tiempos antes de la pandemia.
Indalecio agrega, “el tener que acudir a otras rutinas que no estaba acostumbrado el programa; es decir, cuando estamos entrevistando algún artista tenemos que ser directos y no podemos hacer lo que antes hacíamos, como el preguntarle desde que empezó su carrera hasta el día de hoy”.
La estructura del programa se ha visto modificada y la nueva configuración la explica su director así: “a raíz de la emergencia sanitaria los avances se han hecho más largos cada hora se pasa un avance de ocho minutos, cada media hora se pasa un avance de cinco minutos, son 13 mientras se despiden, unos 14 casi 15 minutos de información por hora”.
Agrega Indalecio: “el programa ha cambiado mucho en los contenidos porque tienen que ser muy cortos, tenemos que ser mucho más directos, lo que a mí no me parece mal, tal vez esto nos ha obligado a tener un ritmo un poco más rápido, más corto, más directo en el lenguaje radiofónico”.
Es un formato corto, directo y conciso, pero también hay que relacionar lo no tan bueno, “ha cambiado para mal, entre comillas, porque no tenemos la conversación directa, no está la interlocución cercana, porque el tono ha cambiado y se ha vuelto más robotizado”, evidencia Indalecio con nostalgia.
Son muchos los temas que faltan por tratar con este comunicador y, sin duda, queda pendiente la cita para verlo trabajar en terreno, pero esto será algo que tendrá que esperar hasta que la pandemia nos permita volver a salir y se pueda disminuir un poco el distanciamiento físico, pero no nos podemos ir sin escuchar a Indalecio Castellanos López.
He sido un oyente de Indalecio Castellanos Lopez, admiro su cultura y su rico lenguaje. Los fines de semana cuando nos invade la pereza es bueno escucharlo.
Gelasio, como le decíamos en el colegio, era todo un personaje definitivamente las matemáticas no eran para él pero los temas culturales si. Junto con Juan Manuel Ruiz Machado sobresalían en estas actividades. Con Indalesio compartíamos momentos de colegio muy buenos pero sobre todo los varios juegos de baloncesto que alcanzamos a disfrutar, era alto para el promedio de los demás y aunque era un poco disperso en el juego uno se sentía seguro teniéndolo en la cancha. Lo que más recuerdo es un partido en el que me lesione un tobillo y mis tenis no me servían por la inflamación y él se quito sus tenis que claramente eran más grandes y me los presto, hágale chivo vaya juegue, me dijo. A esa edad y con la fiebre del deporte jugaba uno hasta con apendicitis. Un personaje inolvidable como Juan Manuel, con mi hermana los estimamos mucho.