En el escenario de postconflicto en que se encuentra el país, personajes como Edwin Rodríguez director del proyecto Memorias a color, visibilizan la necesidad de contribuir al acuerdo de paz por medio de estrategias que generen procesos de reconciliación, donde se restaure el respeto entre víctimas y victimarios. Al identificar está necesidad, él crea “Mil colores para mi pueblo”. Rodríguez explica detalladamente de qué se trata.
La iniciativa se compone de dos etapas; en la primera se realizó un proceso de “resiginifición de objetos” en el cual, desechos reciclables se intervinieron a través de la jardinería, creando espacios verdes con el fin de embellecer las poblaciones afectadas por el conflicto armado interno.
La segunda etapa la integra “Memorias a color: Una puerta hacia la reconciliación”. Dicha etapa, surge del encuentro con 120 desmovilizados de las FARC, el ELN y las autodefensas en Neiva, Huila. Estas personas se encontraban en procesos de reintegración, y la intención del proyecto era la socialización por parte de víctimas y victimarios. Después de contar sus historias el director del proyecto determinó, que era el momento de perdonar y así le contó a POLIRADIO el desarrollo de esta fase.
El elemento en común se convirtió en un motivo de unión. Gracias a esto, se realizó un trabajo en conjunto con el SENA donde se impartieron talleres de ebanistería, y su producto final fueron 300 casas de madeflex de 20 cm de alto por 20 cm de ancho que representan el ideal de reconciliación. El apoyo de Servientrega, Pinturas Tito Pabón, Ayuda en Acción y la Agencia Colombiana para la Reintegración entre otras entidades, pretenden contribuir a la construcción de una mejor sociedad. La directora de la Galería Herencia Verde de Pinturas Tito Pabón donde se exponen las obras, Lida Pabón, manifiesta el porqué es importante para la entidad apoyar este tipo de iniciativas.
Otros aliados de Memorias a color: Una puerta hacia la reconciliación, son Claudia Palacios, que con su libro perdonar lo imperdonable relata historias sobre el flagelo de la guerra, Jineth Bedoya, cuenta su perspectiva de perdón desde su caso de abuso sexual y Sebastián Eslava, actor que por medio de sus interpretaciones -basándose en casos de víctimas y victimarios – quiere transformar su vida y la de los colombianos que lo ven a través de la pantalla.