Todo comienza en la carrera séptima con calle 26, la exclusividad de una vía solo para peatones la convierte en un sueño para todos los que quieren conocer una Bogotá tranquila, histórica y cultural; la diversidad hace parte fundamental de su encanto, acentos e idiomas se escuchan por montones a medida que se avanza.
Parece que cada quien toma su papel; se puede encontrar a una reina o a un grupo de nobles, todo esto patrocinado por el camino real, Angie Ortiz uno de los transeúntes del lugar afirma: “La oportunidad es única, cada día muestra un nuevo escenario, todos aquí sonríen, y parece que piensan diferente, quizás este es el mejor lugar de Bogotá para muchos”.
Pequeñas partes de la historia se han quedado pegadas a la Bogotá antigua, la Casa del Florero da un aire de independencia, de libertad, de almas guerreras; más adelante la Plaza de Bolívar, parece que contara historias por sí sola, rostros familiares se acumulan, para darle paso a la sensación de amor patriótico; un pequeño desvío puede terminar en chicha de colores y amigos, junto con historias de amor idílico, muy a la antigua.
La alcaldesa de candelaria Norma Leticia Guzmán explica como ayuda la carrera séptima a este sector, brindando un espacio cultural y económico sostenible: