Todo comenzó alrededor de la Plaza de Toros de la Santa María, no eran toros o toreros que volvían de sus tumbas; pero el ambiente se tornó tétrico y desencadenó un terrorífico ambiente de octubre.
Caminaban normal, parecían normales; o por lo menos, se podía decir que pertenecían al mundo de los vivos. Eran las dos de tarde y mientras pinceles, polvos y esponjas pasaban por la piel y cambiaban sus vestimentas el centro de la ciudad se volvía escalofriante.
Era muy extraño, vivos que se convertían en zombis y luego más vivos que se tomaban fotos con ellos, no se trataba de una reunión política, aunque era un espectáculo macabro. A las seis de la tarde el terror comenzó a marchar para recorrer más de 20 cuadras de Bogotá, la meta era llegar hasta la plaza de Bolívar.
Cerca de siete mil personas estaban reunidas; había que verlo para creerlo, zombis en Bogotá. Seres de la ficción del cine de terror caminaban con libertad, era la marcha zombi, unos tenebrosos personajes con un corazón muy grande para ayudar a los más vulnerables.
John Karlos Ubaté, organizador de la marcha, logró dejar un ambiente mortuorio en las calles, por eso lo buscamos para saber cuál era su objetivo:
La marcha zombie es un evento que no tiene costo alguno y convoca a las personas en torno a una temática social que este año fue la paz de Colombia y la recolección de alimentos no perecederos para familias de bajos recursos de la ciudad.