Uno de los aspectos más destacados de este evento literario es la creación de espacios verdaderamente inclusivos, diseñados específicamente para las personas con discapacidad auditiva. En este contexto, una figura sobresaliente es Fanny Bolívar, una mujer cuya dedicación a estudiar y aprender la lengua de señas ha sido excepcional.
El compromiso de Fanny radica en motivar a las personas a superar barreras, ya que considera que es un derecho fundamental que todos, sin importar su capacidad auditiva, tengan igualdad de oportunidades y acceso pleno a la sociedad.
Estos espacios inclusivos en la Fiesta del Libro van mucho más allá de simplemente proporcionar intérpretes de lenguaje de señas. Aquí, se aprecia una genuina búsqueda de la inclusión total, con actividades y talleres diseñados para fomentar la participación de las personas sordas.
Una de las actividades que se destaca es el curso de pintura, donde las explicaciones se transmiten a través de señas de manera precisa y detallada, esta innovadora forma de enseñanza no solo permite a las personas sordas adentrarse en el mundo del arte de la pintura, sino que también se convierte en un poderoso vehículo para fortalecer su autoestima y confianza.
