La chicha es una bebida que se da del maíz y la miel. En algunos lugares de América Latina como Perú y Ecuador, el grano se tritura con la boca y la saliva genera todo el proceso de fermentación. En Bogotá el proceso es a mano, donde se muele el grano y luego se revuelve con agua.
En la ciudad existen varias chicherías que se ubican en los barrios: Egipto, Belén, Germania y el más emblemático, La Perseverancia, Allí se encuentra Doña Tere una de las chicheras más conocidas del sector y sus alrededores.
A pesar de que esta bebida es un elemento representativo de la cultura popular bogotana, Doña Tere revela algunos de los problemas que ha tenido el festival y la venta de chicha.
La chicha ha sido una tradición fuerte, que sin importar las barreras policiales y de la industria de bebidas alcohólicas ha logrado mantenerse vigente en la cultura de la ciudad.
La explicación de por qué esta tradición tan antigua sigue estando vigente la brinda Rodrigo Torrejano, sociólogo de la Universidad Nacional.
La chicha es tradicional y popular, es una forma de mostrar la herencia campesina e indígena que tiene Bogotá. Festivales como el de la chicha, los chicheros de “La Perse”, el chorro de Quevedo, son muestras claras de que la tradición, las costumbres y la cultura popular siguen vigentes.